Poesías inolvidables

Los abuelos son lo máximo

Le preguntaron a una niña que cursa apenas uno de los primeros años de primaria lo que a ella le gustaría ser cuando fuera grande y esto fue lo que respondió:

— ¡A mí me gustaría ser abuela!

— ¿Por qué? Le preguntaron.

Porque los abuelos escuchan, comprenden; además, la familia se reúne en su casa, con ellos.

Una abuela es una persona viejecita que no tiene hijos para cuidar y le gustan los hijos de los otros.

Un abuelo lleva los niños a pasear y habla con ellos de sus experiencias y de muchas otras cosas.

Los  abuelos no hacen nada y nos dedican más tiempo. Como ellos son viejecitos, no se pueden tirar al suelo, ni correr .

Pero eso no importa.

Nos llevan al centro comercial y nos dejan mirar las vitrinas hasta el cansancio. En la casa de ellos siempre hay un frasco de dulces y latas con galletas, chocolates, palomitas.

Cuentan historias de nuestros padres y de nuestras madres cuando eran pequeños, nos muestran las fotos que tienen guardadas, tienen una paciencia increíble con todos.

Pasean con nosotros, nos enseñan las flores, nos dicen sus nombres y nos dejan olerlas. ¡Nos enseñan tantas cosas bonitas! Nos cantan para dormir. Tienen mucha más paciencia que nuestros padres.

Los abuelos nunca dicen: “Apúrense ya, a la cama”, o “Si no hacen la tarea se quedan castigados”.

Casi todos usan lentes. Y ya he visto a algunos quitándose los dientes.

Cuando les haces una pregunta, los abuelos no dicen: “Ay niño, ¿qué no ves que estoy ocupado?”.

Al contrario, dejan lo que están haciendo, piensan y contestan de manera que podamos entender.

Los abuelos saben montones de cosas.

Ellos no nos hablan como si fuéramos tontos.

Ni se refieren a nosotros con expresiones como “¡Ay, qué niño tan latoso!”, como hacen algunas visitas.

Los abrazos de los abuelos son cariñosos, reconfortantes y es bonito sentarse con ellos cuando estamos tristes.

¡Todo el mundo debería tener un abuelo o una abuela, porque son los únicos adultos que tienen tiempo para nosotros!

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