Hijo

 

Si quieres amarme bien puedes hacerlo,

tu cariño es oro que jamás desdeño.

Más quiero que sepas que nada me debes,

soy ahora tu padre, tengo los deberes.

Nunca en las angustias por verte contento,

he trazado signos de tanto por ciento.

 

Ahora pequeño, quisiera orientarte,

mi agente viajero llegará a cobrarte,

será un hijo tuyo, gota de tu sangre;

presentará un cheque de cien mil afanes.

 

Y entonces, mi niño, como un hombre honrado,

a tu propio hijo deberás pagarle.

 

Rudyard Kipling

 

Ver todos