Poesías inolvidables

Discúlpeme, pero no

Discúlpeme pero no, no me hace falta

una moda para mi identidad,

me visto de sincero y no me queda tan mal,

y traigo a la medida mi autenticidad.

 

Discúlpeme pero no, no me hace falta

el dinero para saber quien soy.

Soy libre como el viento y eso me hace feliz,

muy feliz, ¿y a usted, no?

 

Discúlpeme pero no, no me hacen falta

las reglas para con Dios hablar.

Somos muy amigos y nos gusta variar,

y nos da buen resultado la sinceridad.

 

Discúlpeme pero no, no me hace falta

un permiso para ponerme a amar.

De eso sí me sobra y lo quiero entregar

sin calcular y sin esperar.

 

¡Ah!, como se complican los hombres,

de una tontera hacen una verdad.

A todo ponen condiciones,

ya nadie es libre si quiere amar.

Levanta tus alas y vuela,

date cuenta de que todo es vanidad,

y lucha por tu dignidad.

 

Discúlpeme pero no, no me hace falta

un aplauso para sentirme bien.

Sólo aquel que es inseguro necesita disfrazar

con un montón de halagos su debilidad.

 

Discúlpeme pero no, no me hace falta

una prueba de virilidad.

El tiempo me ha enseñado que un hombre es aquél

que se conquista y que sabe ser fiel.

 

Discúlpeme pero no, no me hace falta un aplauso

para sentirme bien.

Sólo aquél que es inseguro necesita disfrazar

con un montón de halagos su inseguridad

 

Discúlpeme pero no, no me hacen falta fronteras

y odio la división.

Soy ciudadano del mundo,

simplemente soy yo, si eso le molesta...

 

Martín Valverde

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