Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

¿Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?

El tema lo he tocado antes en otros "Personajes". Lo actualizo ahora.

Un átomo es como un micro sistema solar, tiene un núcleo, como si fuera el sol, alrededor del cual giran electrones –los planetas-. ¿Qué veríamos en uno de esos electrones si lográramos ser tan pequeños como para caminar en su superficie como si fuera el planeta Tierra? No lo sabemos, ni lo sabrá ningún ser humano en muchas generaciones. ¿Lo sabrá la humanidad algún día?

Un átomo es como un micro sistema solar

Y ahora el caso contrario: ¿Qué veríamos si pudiéramos ser tan grandes como para ver nuestro planeta del tamaño de un electrón que gira alrededor del núcleo que es el sol? Nuestro sistema solar y el universo forman parte del macrocosmos, mientras que el átomo es uno de los componentes del microcosmos, pero vistos como lo estamos planteando, cómo se parecen.

La pregunta obligada es: instalados en el macrocosmos de tal manera que el planeta Tierra fuera el electrón, ¿formaríamos parte de otro sistema solar integrante de un macro cosmos superior? ¿Y sería esto parte de una cadena que se extiende hasta el infinito? ¿Sucedería lo mismo con el microcosmos? ¿Dentro de éste hay otro microcosmos? ¿Y otro, y otro…?

Lo que sabemos acerca de ambos sistemas, el micro y el macrocosmos, es tan poco (menos que un grano de arena en una enorme playa) que cualquier teoría sobre el origen del universo y su extensión no pasa de ser una especulación que nunca podremos confirmar.

¿Por qué es así? ¿Cuándo se formó? ¿Cuántas veces se ha formado? ¿Cómo?

Todo el universo está conformado por materia, de la que a su vez se desprende energía y viceversa: la energía “mueve” la materia, pero no puede haber una sin la otra: un vehículo no puede caminar sin energía (química, eléctrica, solar…) y la energía no aparece de la nada, necesariamente emana de la materia.

Una de las leyes de Lavoisier establece que “Nada se crea y nada se destruye, sólo se transforma”; esto significa que la materia no salió de la nada, de la misma manera que la energía, como decíamos antes. Ni se destruyen sin dejar rastros.

Entonces, como el caso del huevo y la gallina: ¿Qué fue primero, la materia o la energía? ¿Hubo un “primero”? ¿O es más fácil pensar, como decía Lavoisier, que nada se crea y nada se destruye y en consecuencia la materia no apareció “de la nada”, siempre ha existido y lo que ha sucedido con el paso de millones de millones de años ha sido que el universo evoluciona, se expande, se encoge, tiene estrellas (sistemas solares) que comienzan a encenderse, otras que se apagan y alrededor de éstas probablemente haya planetas que son arrastrados con “los núcleos alrededor de los cuales giran”. Pero esto ha sido, decíamos, durante millones de millones de años; es decir, siempre.

Nuestro sistema solar es sólo un punto, menos que un grano de arena en la inmensa playa que es nuestra galaxia: la Vía Láctea

Solamente nuestra galaxia, la Vía Láctea, está conformada por entre doscientos y cuatrocientos mil millones de estrellas, con sus respectivos planetas girando alrededor de ellas. Y esta galaxia puede formar parte de otro sistema de cientos de miles de millones de galaxias, que a su vez forma parte de otro y así sucesivamente.

El universo es infinito, no sólo por su tamaño, sino también por lo que se refiere a su existencia.

Pero, para efectos de la reflexión, supongamos el caso contrario, que el universo fue creado por “alguien” y que antes de éste no había nada.

De ser así, si no había materia tampoco había espacio; el espacio existe alrededor de la materia; de no existir ésta, ¿debemos imaginar un gran océano de simple espacio, sin materia? Y de ser así, quien haya creado al universo ¿Qué era? No era materia, porque no existía. ¿Vivía solo? ¿Era lo único que existía hasta que se le ocurrió que para no estar solo debía crear el universo? ¿Lo creó como un simple acto de magia? ¿Con qué? No fue un movimiento de manos lo que utilizó porque no tenía manos, no había materia (porque si la había, entonces no la creó), tampoco fue una simple proyección de su pensamiento, porque al no haber materia no tenía cerebro y las ideas se forman en el cerebro.

¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?

"Nada se crea, nada se destruye, sólo se transforma": Lavoisier

A todas las preguntas podemos responder de dos maneras, como Lavoisier, en cuyo caso debemos concluir que el universo (la materia) siempre ha existido, o al contrario, que fue creado por un ser sobrenatural.

De caer en el último caso, hay quienes explican la vida y el universo como creadas por ese ser sobrenatural a quien no le dan nombre, ni cara, ni lo involucran en agrupación religiosa alguna, simplemente les parece más fácil esa explicación y no van más allá.

Pero hay también quienes, los más y por mucho, forman parte de alguna de las muchas religiones que hay, tal ser es su Dios y se enrolan en las filas de la agrupación religiosa respectiva para venerar no solamente al ser sobrenatural, sino a los individuos que conforman tal agrupación y que se dicen representantes del que suponen creador del universo.

Todas las posiciones enumeradas son respetables. Hay gente inteligente, pensante, y otros que no lo son en ambas: quienes toman partido por las teorías que afirman que la materia no fue creada, como por las que dicen lo contrario.

La discusión al respecto se ha dado desde hace mucho tiempo. Conforme la humanidad evoluciona tiene más información y tecnología más desarrollada que le permite avances en la reflexión, con más armas.

Cualquiera de las posiciones, decíamos, es respetable. Lo que no es válido es cerrarse a la reflexión, o impedir que alguien exprese su opinión, porque entonces estaremos de regreso en la época en que el mono no se había convertido en hombre y no tenía raciocinio.

Podemos pensar, con absoluta validez, de cualquiera de las dos maneras, lo que no podemos hacer es ponernos una venda en los ojos, en el cerebro, para no valorar ideas contrarias, porque entonces estaríamos cortando la cabeza a nuestra calidad de seres racionales y lo peor de todo es que esa senda incorrecta la trazaríamos nosotros mismos y si la censura es condenable, más lo es la autocensura.

Así qué, nos preguntamos: ¿Estamos solos en el universo, o hay vida como la nuestra en alguno de los cientos de miles de millones de sistemas solares (tan solo de la Vía Láctea)?

Y, en este preciso instante, ¿Hay alguien, más allá de nuestro planeta, de nuestro sistema solar, de la galaxia, de los cientos de miles de millones de galaxias que observa cuando leemos estas líneas y en consecuencia nos distingue por encima de los más de 7,000 millones de habitantes que tiene la Tierra… Y tal vez de los miles de miles de millones de habitantes de una cantidad parecida de otros planetas?

Es la eterna incógnita: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?

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