* La verdadera fortuna de Porfirio
Díaz
Quinta parte
La investigación del autor de estas líneas acerca de la verdadera fortuna de Porfirio Díaz comenzó en 1983 y se publicó por primera vez en el semanario Quehacer Político
el 3 de octubre de ese mismo año.
Tal trabajo, dividido en cuatro partes, apareció en “la web” los días 10, 13, 17 y 20 de agosto de 2009. Se
encuentra en la sección Personajes de Código Diez.
La cuarta
parte terminaba así: “No podemos decir que la investigación acabó porque, a pesar de que
comenzó hace 26 años, queda mucho por develar. La luz al final del túnel se ve
todavía muy tenue.
La semilla está colocada.
La lista será muy larga. El final… no podemos predecir qué ni cómo quedará
configurado”.
Ahora lo podemos hacer:
Porfirio
Díaz vivía en la Calle de la Cadena, después llamada Capuchinas y hoy Venustiano Carranza. En Capuchinas, precisamente, estaban entonces las bóvedas
del Banco de Londres y México, del que hablamos en la cuarta parte de esta
serie (El problema final) y ahí guardaba don Porfirio gran parte de su capital
monetario.
¿Por qué
ahí?
El Banco Mercantil Mexicano se fundó el 27
de marzo de 1882 y uno de sus propietarios, miembro del Consejo de
Administración, era don Porfirio. La crisis bancaria determinada por el nuevo
Código de Comercio, del 20 de abril de 1884, obligó a los bancos a
reconstituirse; de esta manera, el Banco Mercantil se fusionó con el Nacional
Mexicano y nació el Banco Nacional de
México que con estas manipulaciones quedó en poder de don Porfirio. Este banco hacía también las funciones de banca central.
En el
Distrito federal se constituyó el Banco
de Empleados, en 1883, con la supuesta función de otorgar créditos a los
empleados públicos. Supuesta, porque en realidad sirvió para que don Porfirio
se hiciera de otra institución, el Banco de Londres y México, que entonces sólo
era una sucursal del banco con sede en Inglaterra.
La
operación se dio de la siguiente manera: el código de 1884 impedía operar al de
Londres y México, por lo que éste compró el Banco de Empleados, constituido en
la Ciudad de México y obtuvo el permiso oficial para continuar como institución
bancaria, lo que le permitió inclusive emitir sus propios billetes.
La jugada
detrás de la operación estaba en el nombre de los nuevos propietarios del Banco
de Londres y México: Ignacio de la Torre
y Mier, esposo de Amada Díaz, hija de
don Porfirio; Juan Llamedo,
muy cercano al general Díaz desde la década de 1860, en algunos documentos se
le menciona como yerno y en las
actas de defunción de Desideria (25 de octubre de
1870), hermana de Díaz, Camilo (23 de enero de 1878) y Victoria, hijos del
mismo, aparece como testigo.
Llamedo era en realidad un prestanombres
del general Díaz. Una prueba de esto es la Hacienda de San Cristobal,
en Guanajuato, ubicada cerca de Acámbaro, que luego
cambió su nombre a Los Fierros.
Cuando Díaz la adquirió, la puso a nombre de Llamedo y en las escrituras correspondientes no hay precio de compra porque se la
otorgó como “regalo”.
La historia de Juan Llamedo merece una
capítulo aparte. Era de Asturias, “pariente de Gonzalo Rivaya”
y el 19 de septiembre de 1889 fue nombrado presidente del Real Colegio de San
Ignacio de Loyola, aunque ya era vocal desde enero de 1888. Su dirección en
algunos documentos era Academia 6 y en otros Calle tercera de la Orden de San
Agustín número 1, en la Ciudad de México. Se ostentaba como yerno de don
Porfirio, que no lo fue como pareja de Amada ni de Luz Díaz, casadas con
Ignacio de la Torre y Mier y con Francisco Rincón
Gallardo, respectivamente; pero don Porfirio dejaba en cada puerto un amor y
algunos de sus hijos se enteraron de que lo eran en la edad adulta. Fue el caso
de Federico Ramos Ramírez, que se creía hijo de Antonio Ramos y de Ramona
Ramírez; había nacido en 1881 y don Porfirio se lo dejó a sus compadres, los
mencionados, pero cuando estos murieron el presidente mandó llamar a Federico y
le confesó que él era su verdadero padre y le dijo que en adelante podía
utilizar el apellido Díaz, si quería. Pero Federico se rehusó, le dijo que sus
padres eran quienes lo habían criado con tanto cariño y en consecuencia seguiría
llevando los apellidos Ramos Ramírez; sin embargo, fue a despedirlo a Veracruz cuando se embarcó en el Ypiranga
rumbo al exilio.
Federico, quien por cierto era arquitecto, se casó tres veces, con María Ruiz, con María Bojador y la última, en 1946, con Adela Beltrán Loaeza, en la iglesia del Sagrado Corazón, en la colonia Roma del Distrito Federal. A sus hijos nunca les dijo que su verdadero padre
era Porfirio Díaz.
Vivió siempre en la Ciudad de México, con la primera esposa en la calle de Naranjo y con la segunda en la conocida como Casa de Ladrillo, sobre la calle Edison, frente a lo que ahora es el Monumento a la Revolución.
Las mujeres del general: Rafaela Quiñones, madre de Amada Díaz; Delfina
Ortega, madre de Porfirio y Luz Díaz Ortega; Carmen Romero Rubio, la última
primera dama, que no tuvo descendencia; la madre desconocida de Federico Ramos (la mujer de Tlalpan);
y Juana Cata (Juana Catalina Romero), el amor de Díaz
en Tehuantepec que murió el mismo año que él, 1915, el 19 de octubre (no el 2
de julio como se afirma, día en que murió Díaz) en la Ciudad de México.
Pero, volvamos al Banco de
Londres y México, ¿Juan Llamedo, yerno de
Porfirio Díaz? Era de Asturias, igual que el bisabuelo materno de don Porfirio.
Tocaremos el tema del parentesco en otro Personajes. Mencionamos a dos socios:
Ignacio de la Torre y Mier y Juan Llamedo,
el tercero era Tomás Brannif,
uno de los hombres más ricos de México, tan cercano al general que cuando Braniff fundó el periódico El Imparcial, en la Ciudad de
México, el presidente Díaz de inmediato le otorgó un subsidio gubernamental que
le aseguró prosperidad al diario; además de éste, hubo muchos otros favores que
forman el nexo económico a trasmano entre los dos personajes.
Así hacía las cosas Díaz. Cuando se fundó el Banco Mercantil Mexicano
tenía acciones a su nombre y era miembro del Consejo de Administración, en
1882. 33 años después, cuando falleció, tenía acciones de empresas por todo el
mundo que le manejaba la Casa de Bolsa Credit Lyonnais, cuya sede estaba en París, la misma ciudad en que
Porfirio Díaz dejó de existir.
Un análisis detallado de los reportes de Credit Lyonnais que se conservan en el Archivo Porfirio Díaz
nos permite saberlo poseedor de acciones de empresas tanto en México como en
Brasil, Francia y Estados Unidos. Tenía acciones de la misma Compañía Mexicana
de Petróleos El Águila que su familia vendió a otra empresa petrolera, la Royal
Dutch Shell, poco antes de la expropiación de 1938. Porfirio Díaz Ortega, su
hijo, era uno de los directores de la empresa.
Igual que hizo con “su yerno” Juan Llamedo y
su amigo Tomás Brannif, se valía de amigos, yernos,
hijos y personas de toda su confianza para acrecentar su fortuna. Tenía
propiedades por toda la república, lo mismo que en Francia durante sus últimos
años de vida. Entre él y su familia eran dueños de haciendas como la de
Santiago Tenextepango, en el estado de Morelos, que
tenía 16 mil hectáreas de caña de azúcar; la de San Nicolás Peralta, en el
estado de México, equiparable en tamaño a La Gavia.
Poseían las casas más caras y fastuosas de la Ciudad de México: La
Quinta Molino de Rosas, en Mixcoac; La Casa del Caballito, en Reforma 1, frente
a la estatua del mismo nombre; la de la calle de Héroes, frente a la de
Antonieta Rivas Mercado; la de la calle de Durango, la Casa Amarilla, la de San
Ángel; la de Cadena, después Capuchinas y hoy Venustiano Carranza, donde a la
fecha siguen las bóvedas en que Díaz guardaba “su efectivo”, ahora conocidas
como Anexo Banamex-Capuchinas.
En Francia, durante el exilio, compraron el castiillo de Moullins, la casa en Neuilly,
otra nombrada Villa Manon, el apartamento de Lesueur.
Don Porfirio salió de México el 26 de mayo de 1911 y murió el 2 de julio de
1915, en París; durante esos cuatro años se dedicó con su familia a recorrer
Europa gastando dinero a manos llenas; iba a vacacionar con frecuencia a San
Juan de Luz, en la frontera suroeste de Francia, ubicada entre la tierra
española donde el 13 de agosto de 1914 vería la luz el cantante Luis Mariano, Irún, y la que vio nacer al cantante francés que se
volvería argentino, Carlos Gardel, que llegó al mundo en Toulouse, Francia, el
11 de diciembre de 1890. Descansaba en Biarritz y se daba el lujo de pasar dos
meses en Egipto, conociendo Gizeh con toda la familia.
La plaza de toros El Toreo la vendió Amada Díaz a Maximino Ávila Camacho
y las condecoraciones que el general Díaz acumuló a lo largo de su vida, cerca
de cuatro decenas, se las llevó Marie Thérèse Gatouillat la esposa de Genaro Díaz Raigosa,
a los Estados Unidos, cuando murió su marido. A la fecha, tales condecoraciones
están en poder de tres de las bisnietas del general Díaz, hijas de Genaro y
Maite, como llamaban a Marie Thérèse; ellas son María
Elena, María Teresa y Marie France. Los actuales descendientes de Díaz que
viven en México, han declarado que pedirán a las Díaz Gatouillat que entreguen tales preseas al gobierno de
México.
Estos datos, apenas un botón de muestra, dejan claro que Porfirio Díaz
murió con una gran fortuna que quedó en poder de sus descendientes. Los Díaz Raigosa y los Rincón Gallardo Díaz formaban un grupo de 16
nietos (7 hijos de Porfirio y María Luisa Raigosa y 9
de Luz y Francisco Rincón Gallardo) de los que descienden los Casasús Díaz y los Díaz Gatouillat,
por nombrar sólo algunos, pero las ramas se han extendido geométricamente, aunque
perfectamente definidas.
* Porfirio Díaz Mori nació el 15 de septiembre de 1830, en Oaxaca y
murió en París, el 2 de julio de 1915. Tenía 84 años de edad.
* Delfina Ortega Díaz, su primera esposa, nació en Oaxaca el 20 de
octubre de 1845 y murió el 8 de abril de 1880, en su casa de la calle de
Moneda, número 1 de la Ciudad de México, a la edad de 34 años.
Los hijos de Porfirio y Delfina:
* Deodato Lucas Porfirio nació el 18 de octubre de 1873 y murió el 28 de
diciembre de 1946 (73 años).
* Luz Aurora Victoria nació el 5 de mayo de 1875 y falleció el 23 de
octubre de 1965, a los 90 de edad.
De Porfirio y Rafaela Quiñones:
* Amada Díaz nació el 8 de abril de 1867 y murió el 22 de
agosto de 1962, a los 95 años de edad.
De otra unión:
* Federico Ramos Ramírez nació el 1 de febrero de 1881 y murió el 18 de diciembre de 1971, a los 90 años de edad.
Así que recién se cumplieron 95 años de la muerte del ex presidente de México
y menos de 40 de la muerte del último de sus hijos.
Las grandes fortunas formadas durante el Porfiriato, aparentemente
perdidas durante la Revolución, fueron recuperadas por sus propietarios
posteriormente. Los nombres detrás de los grandes capitales, a la fecha, son
otros… Pero han transcurrido cien años y gran parte del enigma ha sido aclarado.
¿Que sigue? ¿Qué podemos esperar?
Los detalles por revelar son sorprendentes.