Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

El asesinato de Manlio Fabio Altamirano

 

El 25 de junio de 1936 fue asesinado Manlio Fabio Altamirano Flores en el interior del Café Tacuba, ubicado en el centro de la Ciudad de México. Era el gobernador electo del estado de Veracruz, pero sus asesinos no podían permitir que llegara vivo a la toma de posesión.

El presidente de la República era Lázaro Cárdenas y el gobernador del estado Gonzalo Vázquez Vela, pero a los 8 días de la ejecución de Manlio, entregó éste la titularidad del gobierno veracruzano a Guillermo Rebolledo, para integrarse al gabinete de Cárdenas como secretario de Educación Pública.

Ocho años antes, en 1928, Manuel Parra Mata, comerciante que procedía de Pachuca compró la hacienda de Almolonga, del municipio de Naolinco, Veracruz, con la intención de instalar un ingenio y producir, desde luego, caña de azúcar y alcohol. Viudo de Lucía Cruz Fonseca se casó con la hermana de ésta, María.

A Parra le tocó vivir el segundo período como gobernador del terrible Adalberto Tejeda Olivares, azote de la Iglesia católica y de los terratenientes, por lo que ya convertido en uno de estos formó una asociación para defenderse de las guerrillas campesinas que mandada contra los hacendados el propio gobernador.

El brazo armado de Manuel Parra era un grupo de sicarios llamado “La Mano Negra”, entre los que estaban Carlos Ramírez, de Naolinco; Francisco Salas, Sebastián González y Nicandro Sánchez, de Alto Lucero; Manuel Alonso, de Miahuatlán; Magdaleno Mejía, de Los Frailes; Macario y Pedro Parra, de Soledad de Doblado; El “Negro” Malgano, de la colonia Enríquez; Toribio Díaz, de Cerrillo de Díaz; José Rodríguez, de Blanca Espuma; Félix Osorio, de Tierra Blanca; Miguel Márquez y José Caiceros, De Tepetlán; Gonzalo Lagunes, de Cardel; Pedro Palmeros y Crispín Aguilar, de Actopan; José y Manuel Viveros, de la Sierra de Chiconquiaco; Rodolfo Lozada, de Úrsulo Galván; Marcial Montano Segura, de Xalapa; de Plan de las Hayas, Rafael Cornejo Armenta, Emilio, Manuel y Miguel Armenta; y del mismo Almolonga, José Acosta, Delfino Montero, Pablo Huesca, Marcos Arreola, Cleto Barradas, Narciso Salas, Toribio López, Ángel Rebolledo, Pedro Herrera, Carlos Espedilla, Ignacio Márquez y Rafael Gómez.

Otros integrantes de La Mano Negra eran Gildardo Alemán Lobillo y Rodolfo Vélez, “El Gitano”. Cuando fueron desarmadas las guerrillas campesinas, al terminar el mandato del gobernador Adalberto Tejeda, los sicarios de Parra asesinaron a más de 2 mil campesinos.

Uno de los socios de Parra Mata era el secretario de Guerra y Marina en el gabinete de Lázaro Cárdenas, el general Pablo Quiroga Escamilla.

Manlio Fabio Altamirano nació en Xalapa el 12 de octubre de 1892 y su carrera de licenciado en Derecho lo enfilaba hacia los puestos directivos que Calles quería para los civiles, ya no para los militares; así que tras haber sido diputado fue el fundador y primer gerente del periódico oficial, El Nacional. Participó también en 1928 en el grupo de fundadores del Partido Nacional Revolucionario, que en 1938 cambió de nombre a Partido de la Revolución Mexicana y terminó como Partido Revolucionario Institucional a partir de 1946. La reforma del artículo 3 de la Constitución Mexicana, que sustituye la “educación laica” por “educación socialista” fue propuesta por Manlio. Cuando éste ganó la elección para gobernador, Miguel Alemán Valdés fue electo senador por el mismo estado de Veracruz.

Pero Manuel Parra, su socio Pablo Quiroga y el grupo de terratenientes alrededor de ellos no querían a Manlio como gobernador, así que el mismo Parra ordenó a Rafael Cornejo Armenta, Gildardo Alemán Lobillo, Rodolfo Vélez, “El Gitano” y Marcial Montano Segura, sus más cercanos en La Mano Negra, que lo ejecutaran.

Se trasladaron estos a la Ciudad de México y se dedicaron a acechar a su presa. Probablemente contaban con información que les proporcionaba Pablo Quiroga. El caso es que el 25 de junio de 1936, mientras Manlio Fabio comía en el interior del Café Tacuba con su esposa, con amigos y miembros de su partido, uno de ellos se introdujo sin problema en el lugar y le disparó.

De la misma manera tranquila en que entro, salió el asesino y escapó con sus compinches. La autoridad no hacía nada, no ubicaba a los sicarios, a pesar de que en Veracruz ya se había difundido la noticia de que los autores de la ejecución habían sido los de La Mano Negra.

Los partidarios, poderosos también, del gobernador electo ejecutado protestaron y presionaron de tal manera a las autoridades que tuvieron que detener tanto a Manuel Parra, como a Marcial Montano y los otros tres. Fernando López Arias, Rafael Murillo Vidal, que después fueron también gobernadores de Veracruz y Cándido Aguilar, que ya lo había sido, lograron que se ejerciera acción penal contra los implicados en el crimen.

Pero el gusto no les duró mucho. Los asesinos fueron liberados al poco tiempo.

Pablo Quiroga Escamilla, socio de Manuel Parra, nunca fue procesado por su complicidad en el crimen.

En el colmo del cinismo, Miguel Alemán Valdés, ya como presidente, ayudó a Pablo Montano, hijo de Marcial, uno de los asesinos, para que se integrara a los guardias presidenciales.

Un nieto de Marcial, José Alejandro Montano Guzmán, fue nombrado secretario de Seguridad Pública del estado de Veracruz por el gobernador Miguel Alemán Velasco, hijo del que logró la gubernatura con el asesinato de Manlio.

Y Pablo Montano Guzmán, otro de los nietos, quedó a cargo de la seguridad de la esposa de Alemán Velasco, Christiane Magnani, mejor conocida como actriz con el nombre de Christian Martel.

Otros parientes, hermanos y sobrinos de Marcial Montano Segura, fueron también colocados en el gobierno de Miguel Alemán junior.

El general Cándido Aguilar, exyerno de Venustiano Carranza y ex gobernador del estado de Veracruz que había apoyado a Manlio Fabio Altamirano, terminó apoyando la candidatura de Miguel Alemán Valdés para gobernador de Veracruz, pero años después, cuando éste último terminaba su período como presidente de la República, Aguilar se opuso a que Ruiz Cortines lo sucediera y fue encarcelado por Alemán en el penal de Allende, del puerto de Veracruz. Luego lo exiliaron a Cuba y murió el 20 de marzo de 1960.

Marcial Montano, por su parte, siguió en la ruta del crimen, mató a su mujer, Guadalupe Martínez Cabrera (o Guadalupe Segura), frente a la iglesia de San José de Xalapa, huyo a Chiapas y luego regresó a Veracruz con la ayuda de Alemán a seguir cometiendo tropelías. Murió a los 96 años de edad, en 1991, cuando Miguelito hacía campaña para ser senador por Veracruz.

Ver todos