De política y cosas peores

Catón

afacaton@yahoo.com.mx

11 Oct 10

Peligro real

Me toca en suerte ahora disentir de Felipe Calderón. No creo que Andrés Manuel López Obrador sea un peligro para México. Es cierto que mandó al diablo las instituciones, pero también los malos políticos que ahora padecemos las han mandado al diablo, y no de palabra nada más, sino también de obra.

No mentirá tampoco el que diga que López Obrador es antidemocrático. Lo muestra cada día en sus discursos. Sin embargo una de las mayores virtudes de la democracia es permitir que haya antidemocracia. Si decimos que López Obrador es un peligro para México, tendremos que añadir que sus seguidores son igualmente peligrosos. Y sus seguidores son muchos; tantos que representan un peligro para los que dicen que López Obrador es un peligro. No lo es.

Lo que verdaderamente es un peligro para México es la suma de condiciones que han permitido que surja un político como él, autoritario, caudillista, demagogo. Lo peligroso para este país es que haya pobreza, ignorancia, inseguridad, corrupción, falta de trabajo, desprecio a la ley, y esos partidos y partidejos que tienen aherrojada a la nación e impiden su progreso y desarrollo. Lo cierto es que urge un cambio radical en México. Por una razón u otra las dos presidencias panistas no trajeron consigo ninguna modificación de fondo a las estructuras creadas por el PRI. Eso ha agravado las condiciones de vida de millones de mexicanos pobres.

Si en el tiempo que falta para la elección del 2012 esas condiciones se agravan aún más -¿será posible eso?-, crecerán las probabilidades que AMLO tiene de llegar a la Presidencia. Insistentemente he dicho que México necesita un gobierno de izquierda. Sin embargo no lo debe encabezar, a mi juicio, alguien con las tendencias y personalidad de López Obrador.

A falta de otras opciones mejores, Marcelo Ebrard podría representar una alternativa viable; pero la obstinación -constancia y tenacidad, dirán algunos- de López Obrador dividirá a la izquierda. El tabasqueño ha decidido ya ser candidato, y, según se ven las cosas hoy por hoy, no habrá poder humano que lo haga desistir de su propósito. Con eso se complica aún más la eventual llegada de la izquierda al poder. Así, será difícil que pueda darse esa transformación política y social. En esas condiciones, seguir como vamos es lo que verdaderamente constituye un peligro para México...

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