Virginia Jiménez

cjvp@usa.net

No a la Procrastinación

Comenzar comenzando

                                                       

 

Hace tiempo he querido retomar la pluma para escribir reportajes y artículos como lo he hecho en el pasado, pero por uno u otro motivo fui dejando esta actividad para después, pensando que “mañana tendré más tiempo”, o “mañana tendré un mejor tema”.

 

A las excusas y racionalizaciones para evadir o aplazar lo que debemos o queremos hacer se les llama procrastinar, conducta que tal vez muchos enfrentamos de vez en cuando sin que eso nos cause problemas serios. Pero si es crónica, la procrastinación, como dice el dicho, “es el ladrón del tiempo”. En el campo de la Psicología se le conoce como trastorno del comportamiento. Frecuentemente conduce a la frustración, la ansiedad y, de no tener cuidado, puede provocar depresión.  Entre sus posibles causas se incluye el miedo. Puede ser miedo al rechazo, miedo al fracaso, pero también miedo al triunfo. Y es que hay que reconocer que el miedo es un aspecto inherente al ser humano que afecta en menor o mayor grado a un gran número de personas, de todos los grupos étnicos, niveles de educación y clase social.

 

Hace poco escuché, de labios de una de mis artistas favoritas, Meryl Streep, candidata una vez mas al premio Oscar, hablar sobre sus miedos, inseguridades y dudas que aún siente sobre su habilidad artística, a pesar de su larga y exitosa carrera en el cine. Respondiendo a una pregunta del público al concluir una muestra de su película La Dama de Hierro en la Academia de Televisión, Radio y Artes, Meryl contó que cada vez que acepta hacer una película, piensa en cómo zafarse del compromiso; se pasa días pensando que no es lo suficientemente buena, que no sabe porqué la escogieron, que mejor va a hablar con el director de la película para cancelar.

 

Obviamente, las dudas de la artista no pasan a mayores, gracias, dice ella, a que su esposo, Don Gummer, la motiva diciéndole: “Start by Starting” o “Comienza comenzando”, frase que, según Meryl, a la fecha sigue motivándola y sacándola adelante, para superar el miedo y las dudas que la acosan.

 

Que motivante que una consumada estrella tan afamada acepte públicamente sus  puntos vulnerables y los vea no como fallas, sino como una condición inherente al ser humano. Meryl no se culpa a sí misma, no niega ni se avergüenza de sus debilidades, simplemente las reconoce, las acepta, y se vale de herramientas y apoyo de otros para seguir adelante cumpliendo sus objetivos y metas. 

 

Inspirada por Meryl, recorrí el ciberespacio en busca de información sobre miedo y procrastinación y encontré numerosos testimonios de personas aquejadas por el mal, así que me avoqué a buscar algunas de las principales estrategias recomendadas para modificar dicha conducta.

 

Primero que nada hay que  reconocer los múltiples mecanismos de auto engaño de los cuales la mente puede valerse para hacernos postergar situaciones o eventos que deben

                   

ser atendidos inmediatamente. Por ejemplo: “Hoy debo escribir un artículo pero tengo demasiadas ideas y es imperante que seleccione la mejor”, así que paso horas investigando aquí y allá para decidirme. Finalmente escribo y re-escribo y re-escribo y encuentro fallas aquí y allá, y esto no me suena bien, y se me ocurre una mejor idea e investigo aquí y allá porque todo tiene que estar perfecto. Al final del día tengo información como para un libro, pero no hay artículo ya que, además, para inspirarme, terminé en la playa porque era un día tan perfecto.

 

Exagero para que quede claro que la generación constante de ideas, la indecisión, el perfeccionismo, son también amigos de la procrastinación Reducen la motivación, nos hacen perder energía y tiempo y frecuente y tristemente conllevan a la pérdida de oportunidades.

 

Así que, hoy mismo, comencemos el cambio diciendo no a la procrastinación. Para ello:

 

1.- Debemos hacernos amigos del miedo. Hay que reconocer que es normal que al comenzar algunas tareas haya cierta ansiedad, como le sucede a Meryl Streep.

 

2.-  Acoge la imperfección y evita pensar “todo o nada”. La perfección no existe, pero sí el perfeccionista que utiliza la perfección como un método de control.

 

3.- Escribe y prioriza tus objetivos o lista de pendientes. Selecciona uno y dedícale unos minutos cada día.

 

4. Imagina y escribe cómo te sentirás al final del día si cumples con tu objetivo (aunque no sea perfecto) y también, como te sentirás si lo pospones una vez más. Compara las respuestas y elige.

 

5.- Deja de hablar de tus planes y mejor trabaja en ellos. Y si hablas, evita el lenguaje triunfalista, ya que tu mente puede percibir la sensación de recompensa antes de tiempo y disminuir la motivación.

 

6.- Optimiza tu tiempo evitando distraerte con la Internet u otras tecnologías y actividades.

 

6.- Reduce tus obligaciones en la medida posible y si puedes, trabaja coordinadamente con otra persona o personas que te ayuden a ordenarte y administrar mejor tu tiempo.

 

7.- Busca maneras de motivarte, recuerda que la motivación te hace empezar, pero son los buenos hábitos los que nos mantendrán en curso.

 

Finalmente, recordemos que no somos los únicos y que hasta a las estrellas mas exitosas les da miedo, tienen dudas e inseguridades. Así que, comencemos comenzando. No más procrastinación.

Ver todos