Alfonso Diez García

Cronista de Tlapacoyan

alfonso@codigodiez.mx

Quién era en verdad Martínez de la Torre

Tras la muerte de Guadalupe Victoria, Rafael Martínez de la Torre le compró El Jobo al apoderado y posible hijo de quien fuera el primer presidente de México, Francisco de Paula López Romero.

La vida de Martínez de la Torre fue fascinante, tuvo momentos de gloria y otros en que estuvo en peligro de terminar ejecutado. Su huella persiste en la actualidad. Los nombres de los personajes que se derivan de su estirpe, sus descendientes, nos mueven, por lo menos, a reflexionar en las sorpresas que nuestra historia nos sigue dando conforme hurgamos en ella, como veremos a continuación.

1.- La vida de Rafael Martínez de la Torre fue una aventura constante.

2.- Juan Sánchez Navarro era bisnieto de Rafael Martínez de la Torre.

Rafael era de Teziutlán. Nació en abril de 1828. Fue el defensor de Maximiliano durante el juicio que culminó con su ejecución en Querétaro, en 1867. Se casó el 4 de agosto de 1855 con Concepción Cuevas Estanillo, tuvo siete hijos con ella: Rafael (1857), Guadalupe (1860), Luz (1861), Adolfo, María (1866), Rosa (1867) y María Leonor (1870-1933) Martínez de la Torre y Cuevas. El primero fue quien, como albacea del intestado de su padre, vendió El Jobo, el 28 de diciembre de 1878, a Juan B. Diez Martínez Gil.

María, por su parte, la quinta hija, se casó con Carlos Sánchez Navarro y Osio (1858). Los padres de éste eran Carlos Sánchez Navarro y Berain (1816-1876) y Dolores Osio Allende (1827-1887). Domingo Allende Unzaga, abuelo de Dolores, era hermano del insurgente Ignacio Allende.

Carlos Sánchez Navarro y Osio tuvo cuatro hermanos: Manuel (1860), Fernando, Alfonso y Luis (1863). Manuel (Manuel Antonio José Francisco, 7 de junio de 1860) se casó con María Paz García Teruel Manso el 25 de agosto de 1886. En familia le decían “El tío Mamito”.

Pero Mamito se enamoró de Virginia Fábregas García, una reconocida actriz mexicana que estaba casada con Francisco Cardona, y en enero de 1911 todos los periódicos de la época publicaron la noticia de que ella había demandado el divorcio. El 2 de febrero siguiente, el ABC de Madrid dio también la noticia, consignó graves diferencias entre la pareja y publicó también las declaraciones de Virginia Fábregas cuando le preguntaron sobre una posible reconciliación:

“Sería imposible. Me ha herido (Francisco Cardona) en lo más íntimo de mi alma, en las dos cosas que quiero en este mundo: en mi hijo y en mi arte. Por su causa me veo obligada a vivir separada de mi hijo y por su causa me hallo ahora, temporalmente, alejada de mi teatro. Desde hace algunos meses ya no quería que trabajara en la que llamaba ‘su compañía’ y siempre me repetía que yo era una nulidad en el teatro.

“Dos millones de pesos hemos liquidado de ganancias, según consta en nuestros libros, desde que empezamos a trabajar juntos en Hidalgo hasta el año que acaba de pasar. No contamos con nada, sin embargo, pues yo no sé en que se ha ido ese dinero y lo único de lo que sí estoy segura es de que nada de lo que tenemos nos pertenece. Vivía en un palacio, disponía de trenes lujosos y gozaba de cuanta comodidad se puede disfrutar con el dinero, de las que también pudimos haber disfrutado por nuestra cuenta misma y sin deber a nadie, pues ganábamos bastante para ello; pero todo aquel aparato estaba sentado en bases falsas y actualmente se ha derrumbado”.

El hijo de Virginia tenía entonces 18 años de edad, estudiaba para ingeniero en la Military Harvard School, de Los Ángeles, California; se llamaba Manuel Sánchez Navarro y Fábregas y era el producto del amor que se tuvieron el tío Mamito y Virginia. Fue el único hijo de Virginia Fábregas. Regresó de Estados Unidos y se dedicó al teatro, como su madre; se casó con la actriz Fanny Schiller Hernández y tuvo con ésta un hijo, Manuel Sánchez Navarro y Schiller, que se convertiría en una verdadera leyenda teatral con el nombre que escogió para dedicarse a la actuación, la dirección y la producción: Manolo Fábregas.

Cabe aclarar que Manolo, “El Señor Teatro”, aunque nació en Vigo, España, el 15 de julio de 1921, era más mexicano que el pulque. Su abuela, Virginia, era de Yautepec, Morelos; su abuelo, el tío Mamito, Manuel Sánchez Navarro y Osio, era mexicano también, lo mismo que sus padres. Manolo murió en la Ciudad de México, el 4 de febrero de 1996.

Mundo pequeño

Pero regresemos a María, la hija de Rafael Martínez de la Torre. Con Carlos Sánchez Navarro y Osio tuvo cinco hijos y el mayor, Carlos Sánchez Navarro y Martínez de la Torre, se casó con Guadalupe Peón y Laporta, con quien tuvo siete hijos: Carlos Luis, Juan, Alfonso, José, Fernando y Guadalupe. Por los sucesos que relataremos a continuación, vamos a centrar nuestra atención en el tercero, Juan Sánchez Navarro y Peón. Cuando apenas tenía seis años de edad murió su madre. Comenzó sus estudios en un colegio de monjas del Verbo Encarnado e hizo la primaria en el Colegio de Alvarado, que era de los hermanos maristas. En éste tuvo como compañeros a José de León Toral y a Humberto Pro, hermano de Miguel Agustín Pro. Muchos años después, la amistad con Toral y con Pro pesaba en su ánimo, los recordaba con tristeza durante una comida con Díaz Ordaz.

Durante su campaña por la presidencia de la República, Gustavo Díaz Ordaz Bolaños Cacho visitó la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, en 1964. Le organizaron una comida en el Hotel Belmar y a su mesa se sentaron el gobernador del estado, Leopoldo Sánchez Celis, el general Roberto Cruz, famoso por haber ejecutado al padre Miguel Agustín Pro durante la presidencia de Plutarco Elías Calles y Juan Sánchez Navarro y Peón, conocido ya como accionista y director de la Cervecería Modelo, donde creció impulsado por su fundador, Pablo Diez Fernández. En otra mesa estaba Alejandro Diez Cano. El abuelo de Alejandro había comprado la hacienda El Jobo a María, abuela de Juan, y a los hermanos de ésta, representados todos por Rafael, como albacea. Como siempre sucede, qué pequeño es el mundo.

Por lo que a Juan se refiere, el problema, por una parte, era que Sánchez Celis había expropiado y entregado a sus allegados las tierras en Sinaloa de la esposa de Juan, María Teresa Redo, lo que había ocasionado enfrentamientos entre el gobernador y Juan; y por otra, Roberto Cruz había ejecutado al padre Pro, hermano de su amigo Humberto y además, había sido el Inspector General de Policía de la Ciudad de México cuando José de León Toral (amigo también de Juan) acabó con la vida de Álvaro Obregón y fue, en consecuencia, quien lo detuvo. Pero el candidato había solicitado que los tres se sentaran a su mesa y Sánchez Navarro accedió a departir con quienes hubiera preferido no hacerlo.

Historia de un dibujo

Cuando León Toral fue detenido, el 17 de julio de 1928, mismo día del atentado, lo encarcelaron en San Ángel; el comisario era Luis García Pérez y la esposa de éste, Flora Altamirano Rivera, además de ser enfermera, le llevaba la comida al preso. En ocasiones, acompañaba a ésta su pequeña hija, Florita; León le tomo cariño a la niña, de tal manera que con frecuencia la sentaba en sus piernas.

Madre e hija atendían a León todos los días y éste no quiso irse sin dejar a la niña un recuerdo de esas visitas y del aprecio que le había tomado, así que le hizo un dibujo que habla por sí solo.

La firma del mismo dice simplemente:

S. Angel D.F.

Ago 9/ - 8-  J-

 

Agosto 9; 8, por 1928; y la J de José de León Toral (No podía exponer a la pequeña niña a una revisión que detectara el dibujo con su nombre completo y todos los datos).

Florita, a la fecha, conserva el regalo enmarcado. Nació el 20 de noviembre de 1922, así que cuando León Toral le hizo el obsequio tenía cinco años de edad.

Los Sánchez Navarro

Volvamos a los Sánchez Navarro y Peón. Cuando el hermano mayor, Carlos, estudiaba en la Escuela Libre de Derecho tuvo dificultades con uno de sus compañeros al que le decían El Gato, Félix Galindo Diez. Éste le dio una bofetada frente a otros estudiantes, para hacerlo parecer cobarde, pero la reacción de Carlos fue retarlo a un duelo con pistola en el Bosque de Chapultepec. Cuando los duelistas se disponían a disparar llegó la policía y así terminó todo.

Años después, El Gato Félix se casó con Margarita López Portillo y Pacheco, la hermana del que fuera presidente de México, José. Tras una enconada batalla jurídica se divorciaron y Galindo Diez se quedó con la hija de ambos. Un día, José López Portillo, entonces secretario de Hacienda, vio a Félix caminando por la Alameda y reaccionó con tal ira que ordenó al chofer detener el vehículo, se bajó y se peleó con furia con el ex esposo de su hermana.

El proceso judicial de divorcio había sido inobjetable. No quedó nada escrito que pudiera desatar tal resentimiento. Ni siquiera ganó Félix. ¿Qué necesidad había de caer en esa forma de proceder infantil y ridícula? Ninguna. Precisamente, este tipo de conductas permiten al psicoanalista definir la personalidad más neurótica, casi sociópata e indudablemente homosexualoide, paranoide, con indudables elementos de temor-deseo, de agresión disparatada en busca de satisfacción.

Las cosas no pararon ahí. En otra ocasión, Pepe le pidió a su gran amigo, José Sánchez Navarro y Peón, que lo acompañara a casa de Félix a secuestrar a su sobrina. Lo hicieron y en el zafarrancho le quebraron la muñeca a Sánchez Navarro, que quedó con esa extremidad malformada de por vida.

Hasta su muerte, José López Portillo creyó que Félix Galindo Diez era pariente del autor de estas líneas y creía, en consecuencia, que habría saña en los comentarios sobre su persona, que nunca la hubo; pero explicaba, partiendo de esa base, las investigaciones que sobre él aparecían publicadas con la firma del que esto escribe. Nunca supo que no sólo no éramos parientes, ni siquiera nos conocimos. Nadie lo sacó de su error. Ahora, ya no hay forma de que lo sepa.

José Sánchez Navarro trabajaba con su hermano Juan en la Cervecería Modelo. Cuando el fundador y presidente de ésta, Pablo Diez Fernández veía cercano el ocaso, llamó a sus principales subalternos y les dijo que iba a repartir las acciones de la Modelo entre ellos. Se las iba a vender en abonos, pero el dinero para pagarlas saldría de los bonos que cobraban en la empresa; era, en consecuencia, un regalo.

Los nuevos accionistas eran Juan Sánchez Navarro y Peón (quien quedó como director), Félix Aramburuzavala, Antonino Fernández Rodríguez, Pablo Aramburuzavala Ocaranza y Nemesio Diez Riega.

Juan, bisnieto de Rafael Martínez de la Torre, comenzó a trabajar en la cervecería en 1944, 19 años después de que fue fundada, el 26 de abril de 1925, en una ceremonia encabezada por el Presidente de la República, Plutarco Elías Calles Campuzano. Pablo Diez Fernández había nacido en Vegaquemada, provincia de León, España el 29 de junio de 1884 y murió en la Ciudad de México el 19 de noviembre de 1972. Fue uno de los pilares del Sanatorio Español de la Ciudad de México. Nemesio Diez Riega, otro de los nuevos accionistas, nació también en España, en Portilla de la Reina, Provincia de León, el 19 de diciembre de 1909 y murió a los 90 años de edad, el 6 de junio de 2000, en la Ciudad de México. Nemesio fue dueño del club de fútbol Toluca y el estadio respectivo lleva su nombre; también fue fundador del Club España, al que hizo donaciones importantes. Juan Sánchez Navarro nació el 24 de abril de 1913, dos meses después de la Decena Trágica, que culminó con el asesinato del presidente Madero, y murió el 12 de febrero de 2006, a los 92 años de edad. Rafael Martínez de la Torre, su bisabuelo, dejó de existir el 25 de noviembre de 1876, a los 48 años de edad, en la Ciudad de México.

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