Cronista de Tlapacoyan

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

La magia de Tlapacoyan

 

Algo tiene Tlapacoyan que atrapa a aquél que camina por sus calles. Tiene ángel, tiene magia, un pasado maravilloso que esconde un misterio todavía no develado, aunque muchos hemos comenzado a encontrar la punta de la madeja. Suena excesivo y no lo es. Más pronto que tarde, los futuros descubrimientos me darán la razón.

Hay algo más: sus habitantes son bondadosos, comunicativos, trabajadores, cariñosos; claro, son veracruzanos y ese simple hecho los define y enaltece.

Conduje el evento del sábado 28 de marzo de 2009, realizado frente al Palacio Municipal, en el que se hizo un homenaje a Guadalupe Victoria, el Primer Presidente de México. Don Guadalupe escogió Tlapacoyan para vivir los últimos días de su vida, junto a su adorada esposa, Tonchita. Nació en Nueva Viscaya, hoy Durango, pero quiso ser también veracruzano. De la hacienda El Jobo, de su propiedad, fue trasladado muy enfermo a la Fortaleza de San Carlos, en Perote, donde falleció el 21 de marzo de 1843. El hecho lo he documentado ampliamente en mi columna "Personajes" y en mi libro "La vida secreta de Guadalupe Victoria".

El 29, di una plática en el Museo Tlapacoyense, que cumplía un año de vida, acerca de la estancia del general Victoria en la ciudad. No quise ser repetitivo y preferí centrarme en datos que no he publicado, mi intención era ser ameno, con intercambio de opiniones y preguntas y afortunadamente lo logré.

Conté con la presencia y el apoyo de grandes amigos como Virginia Domínguez, Directora de Turismo y entusiasta promotora del museo; Arturo Guzmán Coli, su esposa Lydia Arámburo y la querida e inolvidable Rosita Arámburo.

Héctor Colío Galindo me presentó y me acompañó durante la plática, Pepe Lanzagorta contribuyó con preguntas y comentarios.

A todos ellos y a los demás amigos que nos acompañaron, lo mismo que a mi familia, les agradezco profundamente su presencia y apoyo.

La ciudad ofrece muchos atractivos y aunque el más conocido sea el de Filobobos, por los “rápidos” que visitan turistas nacionales y extranjeros, cuenta con una zona arqueológica cercana a estos que dará de qué hablar cuando el INAH envíe los investigadores necesarios.

La oferta de hoteles es amplia tanto dentro de la ciudad como fuera de ella, en los alrededores, y un ejemplo es el Rancho Hotel El Carmen, que se encuentra en el kilómetro 39 de la carretera que va a Martínez de la Torre, en la desviación a El Encanto; este lugar cuenta con accesos a los “rápidos” del Filobobos, lanchas, instructores; caballos para los que disfrutan de la equitación y una cocina que se distingue por los exquisitos platillos de la región. Como éste, hay otros con su propia personalidad, como es el caso de Aventurec, ubicado también a un lado de la misma carretera, unos kilómetros antes de la desviación a El Encanto.

La comida a la que me refiero incluye: Las Acamayas, parientes de la langosta que sacan del río; los Chilahuates, tamales de frijol guisados de manera especial y envueltos en hoja de tapioca; el Chileatole, delicioso caldo de pollo picoso acompañado por pedazos de elote, elote desgranado y por bolitas de masa; las Garnachas, que son tortillas con salsa verde, roja o de morita con carne deshebrada o con pollo encima, además de los indispensables queso y cebolla; y los Huevos en salsa verde, una salsa caldosa, sin tomates, que les da un sabor único.

En la sobremesa, nada como una humeante taza del café veracruzano, para terminar yendo a caminar al parque y probar una de las famosas nieves de don Erasto.

El plátano y la naranja que se cosechan en la zona son de los mejores.

En El Encanto, que mencioné antes, hay una cascada que va a dar a una sección de los “rápidos” y en la carretera que viene de Atzalan, poco antes de llegar a Tlapacoyan, hay otra cascada muy visitada, la de Tomata.

La llamada Zona Esmeralda de Veracruz está a 60 kilómetros de distancia, para los que deseen comer frente al mar en alguno de las decenas de restoranes de Casitas, o para contratar un bote pesquero… O simplemente para gozar de las playas veracruzanas.

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