Alfonso Diez García

Cronista de Tlapacoyan

alfonso@codigodiez.mx

La Batalla de Tlapacoyan

Otra cara de la moneda

 

El pasado viernes 22 de noviembre de 2013, por la mañana, se llevó al cabo un evento en la Plaza Texcatl para conmemorar los 148 años que han transcurrido desde el día en que se realizó el combate final de la que hemos llamado La Batalla de Tlapacoyan. Por tal motivo, este cronista leyó durante la ceremonia un texto que a continuación se reproduce:

Nos reunimos hoy aquí para rendir homenaje a esos valientes que ofrendaron su vida para defender a Tlapacoyan de la invasión austriaca hace 148 años, en una serie de combates que llegaron a su fin el 22 de noviembre de 1865.

Durante el evento, al pie del monumento a Ferrer, de izquierda a derecha: Jesús Jarillo Núñez, director del DIF; Gustavo Tronco, el regidor Máximo Toledano, el comandante del 87 Batallón de Infantería; Dulce María Morales García, representante del gobernador de Veracruz; la presidente de Tlapacoyan, Nayeli Jarillo Núñez, el cronista de Tlapacoyan, Alfonso Diez García y el secretario del ayuntamiento, Arturo Guzmán Coli

Se ha tomado siempre como figura representativa de estos héroes al coronel Manuel Alberto Ferrer y Corzo, quien efectivamente tuvo bajo su mando tanto a las tropas republicanas como a los tlapacoyenses que se ofrecieron como voluntarios para, con las armas en la mano, luchar codo con codo junto a los soldados. Al mando del destacamento estaba el general Ignacio Alatorre.

Aquí, en Texcatl, donde ahora se encuentra el museo, había una trinchera con 120 hombres combatiendo a los austriacos, de los cuales sólo sobrevivieron once, entre ellos tres oficiales: el comandante Vicente Acuña, que quedó con un brazo destrozado; el capitán López Limón y el subteniente Rodríguez.

La defensa mexicana se ubicó en ocho trincheras, que estaban localizadas de la siguiente manera: Una aquí, en Texcatl; otra en El Arenal, donde ahora está el Campo Deportivo Los Héroes; otra más a una cuadra de distancia, sobre la calle que ahora se llama Héroes y que fue conocida como la trinchera del Salto del Conejo; otra un poco más abajo, en la esquina de Héroes y Rojano, a la que le llamaban El Zapote; otra en Itzapa, una más a una cuadra de distancia de ésta, en La Horqueta, localizada en la confluencia de Constituyentes y Gutiérrez Zamora; otra en El Peñascal, y, finalmente, el lugar donde se concentraron los que lograban escapar de las balas extranjeras, un parapeto ubicado frente a la Plaza de Armas, nuestro parque central, en la esquina de lo que ahora son las calles de Cuauhtémoc e Hidalgo.

Mapa actual de Tlapacoyan en el que se señala en qué lugar habrían estado las trincheras de las fuerzas republicanas y de voluntarios tlapacoyenses que combatieron contra los invasores extranjeros: 1.- Itzapa; 2.- La Horqueta, ubicada en la confluencia de las calles de Constituyentes y Gutiérrez Zamora; 3.- Texcatl, en la que ahora es la plaza con el mismo nombre; 4.- El Arenal, en lo que hoy es el Estadio Héroes de Tlapacoyan; 5.- El Salto del Conejo, sobre la calle Héroes, entre el campo deportivo y Rojano; 6.- El Zapote, localizada en la esquina de Rojano y Héroes; 7.- La última trinchera, donde se parapetaron aquellos que fueron escapando de las que ya habían caído, ubicada junto a la actual Plaza de Armas, en la esquina de Cuauhtémoc e Hidalgo. Una más habría estado en El Peñascal, al sureste de Texcatl

De 500 hombres con los que contaba el general Ignacio Alatorre para defender Tlapacoyan, sólo sobrevivieron 100, aunque contando las bajas de los voluntarios de la población resultaron muertos 268, 82 heridos y 202 hechos prisioneros, lo que arroja un total de 552 bajas del lado de los defensores de Tlapacoyan.

Entre jefes y oficiales, austriacos y mexicanos, sucumbieron 29, que fueron sepultados en lo que era el jardín de la iglesia de la Asunción, frente al parque. Ferrer quedó, junto con el teniente austriaco de apellido Read, en el lado norte de este jardín. Otros fueron llevados al panteón y los hubo que fueron sepultados por los zapadores austriacos en el mismo lugar en que perdieron la vida.

Se ha hablado siempre de ocho combates, que en realidad fueron once, nueve en Tlapacoyan y dos más en la ruta hacia Teziutlán. Pero el primer aviso llegó el 2 de agosto de 1865, en la madrugada, cuando una columna de soldados austriacos cruzó a toda velocidad por las calles de Tlapacoyan y no paró hasta llegar a la hacienda El Jobo. El alcalde, Manuel Mendoza, avisó a la población para que se preparara para la defensa de la población y envió correos a las tropas republicanas que se encontraban en Misantla y en El Pital.

Los nueve combates que se dieron en Tlapacoyan comenzaron el 6 de agosto de 1865, precisamente en este lugar; y siguieron cuatro días después, en El Arenal; el tercer combate se libró un mes y doce días después, el 22 de septiembre; el cuarto el 16 de noviembre en Dos Cerros y en Tomata; el quinto el 17 de noviembre, para rechazar un ataque que venía por tres frentes, Gentiles, Dos Cerros y Tomata; el sexto el 20 de noviembre, en Itzapa; el séptimo y el octavo al día siguiente, por la mañana, cuando dos columnas austriacas atacaron desde Gentiles y el Xaxal; y por la noche del mismo día, cuando Téxcal sufrió un ataque que venía de Eytepeques, donde estaba agrupada una fuerza de infantería del enemigo; el noveno combate, la batalla final, se realizó, como decíamos antes, el 22 de noviembre de 1865. Tlapacoyan estaba sitiada por 2,500 hombres a los que se unieron 500 más que llegaron a reforzar a los austriacos desde Teziutlán. Se lanzaron de manera simultánea contra todas las trincheras y lograron el triunfo.

El general Alatorre, por su parte, emprendió la retirada, se detuvo en La Garita, donde lo alcanzaron 40 hombres y luego siguió hacia la hacienda El Jobo, donde se volvió a detener para continuar después hacia Ixtacuaco, donde permaneció por espacio de 26 días. En el camino a El Jobo envió un recado a Ferrer: "Dígale a Ferrer que se defienda como pueda y que si muere en esta lucha yo me encargaré de decirle al mundo que murió como un héroe".

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El final de Alatorre

Tras escapar de Tlapacoyan, el general Alatorre se detuvo en La Garita, luego en la hacienda El Jobo y finalmente en Ixtacuaco, donde, fue rodeado y vencido por los austriacos. Entregó Misantla el 21 de diciembre y con ésta, toda la zona; se refugió en la Hacienda del Rincón y luego en Papantla, donde sufrió la derrota final. Pero Alatorre Riva fue después de esto gobernador y comandante militar de Veracruz, del 22 de junio al 30 de noviembre de 1867; gobernador de Puebla, de marzo a julio de 1872; y gobernador interino de Yucatán, del 24 de marzo al 17 de mayo de 1873. Era de Guaymas, Sonora, y murió en Tampico, Tamaulipas, en 1899, a los 67 años de edad.

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Tlapacoyan honra a sus héroes. De las 22 calles que conforman lo que podríamos llamar el Centro Histórico, cinco llevan en su nombre un homenaje a los que lucharon en esa gran batalla de tres meses y medio que concluyó el 22 de noviembre: Arriaga, por el capitán Pascual Arriaga; Rojano, como homenaje al comandante Cenobio Rojano; Valdez, a la memoria del capitán Bernabé Valdez; Ferrer, por el coronel, ascendido de manera póstuma a general, Manuel Alberto Ferrer y Corzo; y Héroes de Tlapacoyan, dedicada a todos esos héroes anónimos que entregaron su vida para combatir a los invasores extranjeros.

En este lugar, se escribió un capítulo importante de la historia de nuestra nación.

El gobierno de Veracruz emitió el decreto número 142, el 15 de febrero de 1869, en el que declaró Heroica a Tlapacoyan.

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